La toma de muestras de un
suelo es una operación simple pero delicada, por cuanto una muestra tomada
incorrectamente no arrojará los resultados representativos y el diagnóstico
será erróneo.
Debe tenerse conocimiento de
que existen distintos tipos de análisis de suelos, según los objetivos para los
que estén orientados, ellos son: de rutina y con fines especiales.
Los análisis de rutina comprenden los simples o detallados. Los análisis simples tienen como objetivo
las principales variables (Conductividad, Nitrógeno, Fósforo, Potasio, pH,
textura al tacto). Los análisis detallados aportan una evaluación completa del
nivel de fertilidad edáfica (los nutrientes principales más capacidad de intercambio
catiónico, niveles de cationes intercambiables, Humedad equivalente, textura).
Los análisis con fines
especiales corrigen algunos aspectos como salinidad, necesidad de
fertilización, enmiendas, deficiencias, toxicidad etc.
Se debe manifestar claramente
al laboratorio cuáles son los objetivos por el cual se manda la muestra de
suelo y según los objetivos asesorarse bien en la forma de tomar la muestra, el
momento, acondicionamiento, etc., porque según los objetivos las variables a
medir son diferentes.
Un análisis químico de suelo
se realiza en varias etapas:
- Recolección de la muestra de
suelo en el campo
- Transporte al laboratorio
- Preparación de la muestra
- Extracciones y
determinaciones analíticas
La recolección de la muestra
del campo es la operación más sencilla y más importante pues
una pequeña
cantidad de suelo debe representar las características de una gran
área. Por lo tanto los
procedimientos para tomar la muestra de suelo deben ser rigurosos pues los
análisis de laboratorio que es la etapa más sofisticada desde el punto de vista
operacional e instrumental no corrigen las fallas de un muestreo deficiente y
una muestra mal tomada puede inducir a posteriores errores de interpretación en
los resultados de los análisis.
Para el muestreo de suelo se pueden utilizar cualquiera
de las siguientes herramientas entre otras muchas no mencionadas aquí:
- Barreno holandés
- Barreno de rosca
- Barreno media luna
- Martillo
- Barreno tubular
- Pala recta
- Azada
- Balde
- Bolsa plástica
El principio básico para la delimitación de un área es la
uniformidad dentro de la unidad. Así un área, deberá ser dividida en subáreas
que representen la mayor homogeneidad posible en cuanto a topografía,
vegetación, especie cultivada, sistemas de cultivo y manejo del suelo,
características físicas (textura y color), profundidad de suelo, drenaje, etc.
La época de muestreo del
suelo es definida principalmente por las condiciones climáticas, tipo de
cultivo (anual de invierno o de verano ó perenne) y el sistema de manejo del
suelo.
La
profundidad de muestreo está determinada principalmente por la capa de suelo
ocupada por la mayor densidad de raíces y las características del perfil del
suelo natural o modificado por el manejo.
A las
muestras de suelo recién llegadas al laboratorio, se les da un número de
protocolo y se la inscribe en una planilla de entrada de muestras creada a tal
efecto, donde se anota la fecha de entrada, identificación de la muestra, tipo
de análisis, datos del productor o extensionista junto con la ficha de historia
del lote.
Se
colocan las muestras recién llegadas y con su número de protocolo en bandejas y
se las deja secar al aire, luego se muelen en mortero y tamizan y se las vuelve
a colocar en bolsitas de plástico y llevar a pesar para realizar los extractos
de suelos o los distintos análisis.
Los análisis que se realizan
como rutina básica son:
- pH:
Potenciómetro
- Fósforo:
Extractante: Bray & Kurtz, Reactivo de color: Cloruro estannoso. Por
fotocolorimetría.
- Cationes:
Extractante: Acetato de Amonio
- Calcio
Y Magnesio: Por complejometría con EDTA
- Sodio
y Potasio: Por fotometría de llama
- Conductividad:
En pasta saturada, con conductímetro
- Materia
orgánica: Walkley & Black
- Nitrógeno por
Kjeldahl.